El gusto por el vino no siempre va ligado a un conocimiento especializado sobre el tema. No obstante, nutrirse de la terminología del vino es una buena forma de conocer qué tipo de producto vas a adquirir y cuáles son sus características. De esta forma, podrás hacer una mejor selección de vinos en base a tus gustos y necesidades.
Desde Mil y un vinos, distribuidores de vinos online, te contamos qué términos y conceptos esenciales debes conocer. ¡No te los pierdas!
Vocabulario y terminología del vino
Desde la acidez, hasta la crianza y la astringencia, cada palabra que forma la terminología del vino tiene un significado específico que puede influir en tu experiencia al degustar un buen caldo. Estos son algunos de los términos clave en el vocabulario del vino.
La acidez del vino
La acidez en el vino se refiere a la sensación de frescura que experimentas en tu paladar al degustarlo. La acidez es un componente crucial en el equilibrio de un vino. Cuando se describe positivamente, se usan términos como fresco o vivaz. Por otro lado, si la acidez es excesiva, puedes encontrar términos como punzante, anguloso o verde. Por el contrario, un vino con poca acidez se describe como blando o flojo.
La acidez del vino depende de varios factores, como el tipo de uva, el clima, el suelo, la fermentación y la crianza. Las uvas blancas suelen tener más acidez que las tintas, y las zonas frías favorecen una mayor acidez que las cálidas. El suelo también influye, ya que los suelos calcáreos o volcánicos tienden a producir vinos más ácidos que los arcillosos o arenosos. La fermentación alcohólica reduce la acidez del mosto, mientras que la fermentación maloláctica la disminuye aún más. La crianza en barrica o en botella puede modificar la acidez del vino, ya sea aumentándola o disminuyéndola, según el tipo de madera o el tiempo de contacto con las lías.
Esta característica del vino es importante porque le da frescura, equilibrio y estructura. Un vino con una buena acidez es más agradable de beber, más refrescante y más apto para acompañar diferentes tipos de comida. Un vino con una acidez equilibrada tiene una buena armonía entre los componentes dulces, amargos y salados. Un vino con una acidez adecuada tiene también una mejor conservación y evolución en el tiempo.
Vino de agujas
Estos vinos de “agujas” son una categoría especial de vinos que se caracterizan por tener una ligera y sutil efervescencia, que se produce de forma natural durante la fermentación alcohólica. Estas burbujas son tan finas y delicadas que apenas se perciben en el paladar, creando una sensación de frescura y vivacidad. A diferencia de los vinos espumosos, que se someten a una segunda fermentación en botella o en depósito para generar más gas carbónico, los vinos de “agujas” no tienen una presión superior a 1 atmósfera y no requieren de ningún método específico para su elaboración. Se pueden elaborar con cualquier tipo de uva, tanto blanca como tinta, y se pueden encontrar en diferentes estilos, desde secos hasta dulces. Los vinos de “agujas” son ideales para acompañar aperitivos, ensaladas, pescados, mariscos y postres ligeros, ya que su acidez equilibrada y su chispeante personalidad realzan los sabores y refrescan el paladar.
Un ejemplo son nuestros vinos rosados.
Afrutado
Una forma de apreciar la calidad de un vino es a través de su aroma. El aroma de un vino depende de varios factores, entre ellos la variedad de uva, el clima, el suelo, la fermentación y la crianza. Cuando se dice que un vino es “afrutado”, significa que los aromas predominantes recuerdan a frutas frescas o maduras, como manzana, pera, melocotón, cereza, frambuesa o ciruela. Estos aromas se originan en la uva misma y se conservan durante el proceso de vinificación. Los vinos afrutados suelen ser jóvenes, ligeros y refrescantes, ideales para acompañar platos ligeros o aperitivos.
Un ejemplo de vino afrutado es nuestro vino blanco Xate-O, que tiene un pronunciado aroma floral a jazmín y fruta tropical. Destacar también nuestro espumoso Vivanco cuvee inedita.
Astringencia
La astringencia es una propiedad organoléptica que se debe a la presencia de taninos en el vino. Los taninos son compuestos fenólicos que se encuentran en las pieles, las semillas y los tallos de las uvas, y que se extraen durante la maceración y la fermentación. Los taninos reaccionan con las proteínas de la saliva y provocan una contracción de las mucosas bucales, lo que se percibe como sequedad, rugosidad o aspereza. La astringencia puede variar según el tipo de uva, el grado de madurez, el proceso de elaboración y el envejecimiento del vino. Un vino con astringencia excesiva se describiría como duro, severo o rudo. Cuando la astringencia está bien equilibrada, se considera que el vino es sólido y bien estructurado.
Azúcar residual
El azúcar residual en un vino es el azúcar que proviene de las uvas y que permanece en el vino después de la fermentación, es decir, el que no se ha convertido en alcohol debido a la acción de las levaduras. Este azúcar es un indicador de su dulzor y de su equilibrio con la acidez e influye en la textura, el aroma y el sabor del vino, así como en su conservación y estabilidad.
Coupage
El coupage es una técnica milenaria que se utiliza para mejorar la calidad y el equilibrio de los vinos. Consiste en mezclar vinos de diferentes variedades, regiones, añadas o tipos de crianza para obtener un vino final que tenga las propiedades deseadas de aroma, sabor, color y cuerpo. El coupage requiere de un conocimiento profundo de los vinos y de un criterio artístico para lograr una armonía entre los componentes. El coupage puede realizarse antes o después de la fermentación, y puede variar según el tipo de vino que se quiera elaborar.
Cuerpo
Cuando se dice que un vino tiene “cuerpo”, se hace referencia a vinos con mayor contenido alcohólico y sensación de llenado en la boca.
El cuerpo de un vino depende de varios factores, como el tipo de uva, el clima, el proceso de elaboración y el envejecimiento. En general, los vinos con más cuerpo son los que tienen mayor grado alcohólico, mayor concentración de azúcares, taninos y extracto seco. Estos vinos suelen ser más complejos y aromáticos, y se asocian a platos fuertes y sabrosos.
Crianza
El término “Crianza” se asocia al tiempo que un vino pasa en barrica y posteriormente en botella. Para obtener la calificación de “Crianza,” un vino debe haber envejecido durante al menos 24 meses, con un mínimo de 12 meses en barricas de roble.
Según la legislación española, un vino puede ser etiquetado como “Crianza” si ha pasado al menos dos años entre la barrica y la botella, siendo obligatorio un mínimo de un año en barrica.
Reserva
El término “Reserva” es una calificación otorgada a los vinos que han envejecido un mínimo de 36 meses, de los cuales al menos 12 meses deben ser en barrica de roble. Este tipo de envejecimiento les aporta complejidad aromática, estructura y suavidad al paladar.
Tanino
La sustancia química que se encuentra en el vino de forma natural es el tanino. El tanino tiene un efecto astringente y curtiente en la boca, lo que produce una sensación de sequedad y aspereza. El tanino proviene de las partes sólidas del racimo, como los tallos, las semillas y los hollejos. Su presencia es normal y en ocasiones deseable en vinos tintos, ya que aporta estructura, color y complejidad al vino. Sin embargo, un exceso de tanino puede hacer que el vino sea demasiado duro o amargo.
Monovarietal
Un vino “monovarietal” se elabora utilizando el 100% de una variedad de uva específica. Esto significa que no se mezcla con otras uvas para obtener un sabor o un color diferente. Los vinos monovarietales pueden expresar mejor las características de la uva, como el aroma, el cuerpo y la acidez. Algunos ejemplos de vinos monovarietales son el Chardonnay, el Merlot y el Tempranillo.
Conclusión
La terminología del vino es un campo muy amplio y rico que nos permite describir y valorar las características sensoriales de esta bebida milenaria. Desde el color, el aroma, el sabor, la textura y el cuerpo, hasta la acidez, el tanino, el alcohol y el retrogusto, cada término nos aporta información sobre la calidad, la variedad, la elaboración y el origen del vino. Conocer esta terminología no solo nos ayuda a disfrutar más del vino, sino también a comunicarnos mejor con otros aficionados y expertos. Por eso, te animamos a seguir aprendiendo y practicando estos conceptos.
¡Salud!