Tras la recolección de la uva, ésta permanece en cámara de frío durante 36 horas. Se le da un suave estrujado y el mosto se encuba en tinos de roble francés, donde fermenta y macera, recibiendo delicados remontados durante veinte días. Tras ello, realiza una fermentación maloláctica en tinos de roble francés y recibe una crianza de 16 meses en barricas de roble francés y americano y un mínimo de 6 meses en botellero.